Nunca me había puesto a pensar lo que la palabra vida conllevaba, todo lo que sabía que era algo que por el momento yo no estaba dispuesta a rechazar. Sentí un salto en mi pecho, no de esos típicos saltos que dan en el corazón al ver a la persona que logra llenarme los pulmones de aire, si no como si este me lo estuviesen arrebatando-No, no- reclamaba en mi absurdo intento de renegar mi aire a lo que fuese que me lo estaba quitando- es mío- movía mis pies y mis manos tratando de buscar al que estaba provocando todo esto. Una corriente recorrió mi espalda y sentí como se adentraba por todo mí ser, escabulléndose dentro de mis venas y recorriendo cada parte de mi cuerpo. Me quede completamente inmóvil ante esto, no era lo bastantemente incomodo para rehuirlo sino que se sentía extraño dentro de mi piel. No sabría describir muy bien lo que sentía, solo que no era malo, en contrario, era satisfactorio y me esparcía un sentimiento parecido a la felicidad.
Cerré los ojos dejándome llevar con todo esto, las sensaciones, las mejores imágenes que podía ver llegadas a mi mente, las mejores sensaciones, las mejores experiencias, podía sentirlas cada una como si yo misma las estuviese viviendo, era todo tan real. Los colores se empezaron a tornar cada vez mas brillantes, intente cerrar mis ojos ante la molestia, pero al cerrar mis parpados todo aquello seguía allí, las imágenes empezaban a verse borrosas, las sensaciones a distorsionarse, todo de un segundo a otro se volvió de un matiz bastante distinto.
Lo que sentía ahora no tenia parecido alguno con la felicidad o el gozo, mis pulmones comenzaban a arderme y aquello que antes recorría armoniosamente por todo mi cuerpo comenzaba a alterarse y a salpicar por todos lados. En aquel momento no sabía que era peor, sentir todo tipo de sensaciones juntas, ver a mis seres queridos sufrir o sentir su dolor junto al mío duplicarse y correr por cada una de mis venas. Miraba a todos lados buscando algún indicio, alguna ayuda, algo que me explicara, pero donde mirara estaba la luz fulminante, las imágenes y el dolor. Intente correr, con toda la fuerza que tenia, escapando, pero cada paso que iba dando lo daba en la dirección contraria, no avanzaba. Sentí en un momento como mis pies se lograban desconectar de mi cuerpo, seguían allí pero no lograba hacerlos mover. Al caer al suelo, las cosas lograban verse mejor, estando en el suelo, no podía estar mas abajo, no podía sufrir más de lo que estaba sufriendo. Sentí una voz desvanecerse en mi oído, intente llamarla pero no lograba escuchar mi voz. Tampoco lograba llorar, ¿que tipo de lugar era ese?, donde cada cosa que sentía era
arrebatado, cada intento era fallido... Posiblemente no podría ser el infierno, porque incluso este seria mas agradable- Sigue respirando- volví a escuchar aquella voz, en estos instantes, aquella melodiosa voz que lograba hacerme compañía aunque no estuviera constante. Cada vez la lograba escuchar mas cercana, mas presente, mas real.- Sigue respirando- sonaba una vez más, armoniosa, sin inmutarse.
Sin mas, solo sonreí y deje que la punzada que atravesaba mi pecho y me cortara el pensamiento de una vez. Me sentía exhausta, cansada y no tenia ganas de seguir luchando sola contra algo que era invencible. Sentí como mis parpados volvían a recobrarse y decidí pestañear para saber si era realidad. Las imágenes se habían marchado, tan solo quedaba el dolor y los colores. Aun en el piso, decidí que no valía la pena, de todos modos el dolor insoportable regresaría otra vez y no sabia si era lo suficientemente fuerte para resistirlo. Me sobresalte de la voz que escuche en mi oído- ¡Sigue respirando!- aquella melodiosa y dulce voz había cambiado por completo, ahora sin mas no me quedaba nada, mi única compañía junto a todo lo demás se había vuelto en contra mía. Expresaba ira y desaprobación.
Analizándolo, sus palabras solo me hacían recordar un dolor al cual había dejado de lado y era el primero de la lista. Me quedaba sin aire. Sin saber como, empecé a correr, hacia todos lados buscando algo en que ocultarme, alguna forma de morir mas rápidamente, ya no lo soportaba. A lo lejos vi un lago, nada menos que eso, acercándose cada paso que daba hacia el. Una lágrima broto de mi mejilla al darme cuenta de que era la única cosa a la que corría y no se alejaba. Con mis pies sumergidos en esta empecé a hundirme cada vez más, no haciendo nada para evitarlo, solo quería acabar. Sin embargo todo aquel tiempo debajo del agua no servía lo suficiente como para terminar pronto. Abrí mis ojos y no lograba divisar nada con claridad, solo lograba sentir
un apretón en mi mano, era constante. Todo abajo era oscuro y denso, no lograba distinguir cosa alguna. De repente lo que yo esperaba me tomo por sorpresa y empezó a volverse en mi contra. Sentía todo mi cuerpo estallar por falta de oxigeno, mis pulmones me quemaban, como si existiese la posibilidad de que se quemaran bajo el agua, empecé a moverme todo lo que pude tratando de evitar el dolor a toda costa. Algo parecido a una corriente me arrastraba sin saber como, ni de donde, pero lograba mantenerme en el agua cada vez mas, mientras yo, lo evitaba, gritaba, me quemaba. Sin saber como algo me arrastro. - No quiero ir mas abajo- me queje- no puedo.- empezaba a descender cada vez mas rápidamente y empezaba a sentir cada dolor con mas claridad, llego un momento en que todo se apago. Como queda oscura una habitación tras apagar la luz, como mirar dentro de un agujero negro, completamente oscuro sin nada visible.
La fulminante luz, cayó directamente hacia mis ojos sin dejarme abrirlos por lo que considere más de dos minutos. Cada vez la luz iba disminuyendo llegado un momento en que fui capaz de distinguir con claridad. Vi aquel rostro, sentí la misma voz, las mismas personas que sufrían, mirarme preocupadas a mí alrededor. Parpadee confusa un par de veces intentando creer que de una pesadilla pase a un sueño y en la mínima fracción de segundos. Volví a mirar tratando de ver con más claridad y ayudándome con mis manos a palpar algo que en verdad existía. Su mano tibia rodeaba la mía y me miraba expectante. En ese segundo me sentí a salvo, si moría en aquel lugar, no me importaría en lo absoluto- Regresaste- sonrió con su angelical rostro expresando felicidad y agonía.
Aun no sabia muy bien que era lo que me había sucedido pero en esos momentos no estaba en condiciones para hablar. Hice mi mayor esfuerzo por apretar la mano que rodeaba la mía. Me miro sonriente y con lagrimas en los ojos- No sabes cuanto te espere- sentí sus fríos labios en mi frente. Me sentí tan bien en ese momento que ya el resto comenzaba a darme igual. Cerré mis parpados dejando descansar mi cansada vista.- ¡Por favor no te vallas!- Abrí mis ojos rápidamente- no de nuevo- me suplico con su cara destrozada.- No lo soportaría.
Tome su rostro y lo acerque lo más posible al mío. Sus labios se movían lentos y dudosos en los míos, mientras yo hacia todo lo contrario extrañando cada segundo en que sus labios podrían haber estado junto a los míos. Su rostro se alejo del mío inesperadamente mientras yo con mis manos hacia lo que fuese porque volviera a estar junto al mío.